El aborto se defiende en Europa

 A finales de 2013 el Gobierno aprobó el proyecto de ley del aborto más restrictiva de la democracia. Una reforma que ha provocado reacciones desde sectores políticos, sociales y sanitarios porque situará la norma española entre las más duras de Europa. En los últimos meses se han sucedido las protestas entre organismos internacionales y movimientos ciudadanos que han llevado sus quejas a las calles de diferentes ciudades europeas.

El 9 de mayo, seis organizaciones internacionales remitieron una carta al ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, en la que pedían la retirada del anteproyecto de ley de reforma del aborto porque según argumentan “supone una grave amenaza para la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres”. Una petición que ha puesto de relieve las reacciones que han surgido fuera de España contra la pretendida modificación por parte del Gobierno de Mariano Rajoy y que han levantado voces de protesta en diferentes partes de Europa.

La carta está firmada por la Alianza por la SolidaridadHuman Rights Watch, el Centro de Derechos ReproductivosEuropean NGOs for Sexual and Reproductive Health and Rights, Population and Development (EuroNGOs); la Federación de Planificación Familiar Estatal y Rights International Spain, basándose en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos (TEDH) y en las normas internacionales de derechos humanos.

La Alianza por la Solidaridad puso en marcha esta campaña porque a nivel internacional “preocupa, y mucho, el ejemplo de España”, afirma Carolina García, responsable del programa de derechos de las mujeres. Con el documento quieren dejar claro que la legislación prevista por España se aleja del contexto normativo de la Unión Europea y se sitúa junto a los países más conservadores como Irlanda o Polonia. “En otros países católicos como Italia o Portugal no se cuestiona que una concepción moral esté por encima de los derechos de las mujeres”, afirma García.

 

La carta suscrita por estas organizaciones que tienen sede en diferentes países del mundo constata que “con los cambios propuestos, España quedaría descolgada de la amplia mayoría de los Estado miembros de la Unión Europea que permiten el aborto sin restricciones relativas al motivo, y expondría a España al rechazo de organismos de derechos humanos internacionales y europeos”.

‘My belly is mine’, una plataforma inglesa contra la ley española

Esta respuesta internacional se ha trasladado también a los movimientos de protesta de base que han llevado sus acciones por ejemplo hasta la embajada española en Londres o al consulado en Nueva York. En el caso de Londres todo comenzó con una cuenta en Twitter: ‘My belly is mine’ (Mi ‘bombo’ es mío), a cargo de Cristina Ríos, hija de un gallego  y una escocesa,  que quiso así canalizar “la rabia y la sensación de impotencia” que le provocaba el cambio legislativo. El proyecto ha crecido gracias al apoyo de feministas activas en Londres, e “inspiradas por las acciones tanto en Francia como en España en contra del anteproyecto”, explica desde la capital inglesa Cristina Ríos. Su objetivo es concienciar a la gente en el Reino Unido de lo “retrógrada y machista que es esta reforma y oponerla ruidosamente desde aquí, para que las mujeres en España sepan que las apoyamos, que no están solas”, explica.

“He tenido la suerte de contar hasta ahora con colaboradoras muy comprometidas, que no dudan en dedicar sus energías y su tiempo personal al proyecto” reconoce, “porque saben que lo que está pasando en España no se ciñe solamente a aquel país, sino que el anteproyecto es síntoma de una tendencia política reaccionaria y machista que lamentablemente va en aumento en Europa, y que incluye el ataque contra el derecho al aborto seguro, véase Irlanda del Sur, Irlanda del Norte, Malta, Polonia, Lituania, Lituania, Noruega, Suiza, etc”, afirma.

Uno de los carteles de protesta colocado en el puente de Southbank de Londres.

Uno de los carteles de protesta colocado en el puente de Southbank de Londres.

‘My belly is mine’ ha realizado diferentes acciones, que en muchas ocasiones hacen coincidir con las protestas en España “para hacer el más ruido posible y crear presión política a nivel internacional”, explica la activista. Así hicieron tanto el 1 como el 8 de marzo de este año para coincidir con el tren de la libertad a Madrid y con la manifestación convocada por la asamblea feminista en la capital. La percha se ha convertido en el símbolo de la protesta inglesa . “El 1 de marzo, pedimos a miembros del público que decorasen perchas para luego colgarlas en uno de los puentes más concurridos de Londres, el Southbank. El 8 protestamos ante la embajada española e intentamos entregar una caja con todas las perchas recogidas de la protesta anterior. Como era de esperar, la embajada no quiso aceptar la caja”.

Sus próximas acciones tienen en el punto de mira las próximas sesiones parlamentarias que abordarán el anteproyecto en julio. Para promocionar estas protestas cuentan con el altavoz de las redes sociales. “Twitter quizás sea la red que más se utiliza en el Reino Unido para promover campañas como la nuestra y así hemos podido igualmente establecer una relación con organizaciones españolas como la Coordinadora feminista y los diversos 15M europeos”, dice Ríos.

La red de protesta se extiende a otros colectivos de Reino Unido como la Asamblea de mujeres del 15M de Londres y con el colectivo feminista español en Escocia, ‘These Hysterical Women’ que organizó las protestas en Edimburgo. “Ambas organizaciones vamos a tratar de sincronizar acciones en Londres y en Edimburgo en julio cuando se vaya a debatir el anteproyecto en el Congreso”, relata. ‘My Belly is Mine’ apoyará también las varias acciones de protesta de la Asamblea de mujeres en Londres en julio.

Una marea violeta más allá de Europa

Pero no solo en Europa han resonado los ecos de protesta. También en la Gran Manzana se han oído las consignas a favor del derecho al aborto. Fue el 15 de febrero frente al consulado de España en Nueva York. De nuevo las perchas simbolizaron la acción llevada a cabo por ‘My body, my choice’ (Mi cuerpo, mi elección), y una marea violeta, pese al frío y la nieve, puso una vez más de relieve el rechazo que ha suscitado a nivel internacional el anteproyecto que prepara el Gobierno.

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