Cuando a Paloma González le dijeron que tenía que esperar más de un año para someterse al tratamiento de reproducción asistida que necesitaba se desesperó. El tiempo se le estaba echando encima. A sus 38 años y medio, le quedaba poco margen para acceder a esta prestación por la sanidad pública, donde el límite establecido para estos tratamientos es de 40 años. Una edad que a muchos, y cada vez más, se les queda corta. Sobre todo si se tiene en cuenta que las españolas son madres, de media, a los 29 años, la cuarta edad más tardía de los países de la OCDE. Y sin embargo, el plazo que le dieron a González no era de los peores. Hay parejas que deben esperar dos años para acceder a la primera consulta, según los datos del informe 2011 sobre reproducción asistida de Adeces (Asociación Proderechos Civiles, Económicos y Sociales) hecho público ayer.