La polémica surgió cuando varios padres comenzaron una campaña pública contra el profesor de historia después de que éste mostrara a alumnos de 15 y 16 años un vídeo provida. Los medios de comunicación franceses recogieron el caso y la organización feminista y abortista Prochoix se implicó a fondo para conseguir que el ministro de educación, Luc Chatel, tomara medidas contra Isnard.