Baja el número de abortos

EL PAÍS

Las clínicas perciben un descenso de las intervenciones – La caída de la inmigración y la venta libre de la píldora del día siguiente, factores clave

En 2008 se practicaron 115.812 abortos. Un 3,2% más que en 2007. La tasa de interrupciones voluntarias del embarazo no ha cesado de crecer. No han importado las políticas de prevención de embarazos no deseados ni la información constante. Hasta ahora. Las clínicas acreditadas para este tipo de intervenciones -que hacen más del 98% de los abortos- han detectado que sus pacientes se han reducido. Algunas hablan de una bajada de más del 9% en 2009. Sería el primer descenso desde que se empezaron a contabilizar estas intervenciones, en 1998. Ese año se realizaron unas 53.000. La caída en la inmigración -el 43,6% de las mujeres que abortaron en 2008 no eran españolas- y la venta libre de la píldora del día siguiente desde el pasado septiembre son dos aspectos clave, según los expertos, de esta disminución. Sin embargo, apuntan, la crisis también lleva a las mujeres -sobre todo a las que menos medios tienen- a recurrir a métodos de aborto inseguro. Vuelve el Cytotec, un protector gástrico que puede provocar la interrupción del embarazo.

Hasta noviembre de este año (previsiblemente) no se conocerá la cifra oficial de cuántos abortos se practicaron en España en 2009. Sin embargo, la mayoría de las clínicas coincide en que el número ha descendido. Para algunos es solo una percepción. ‘Hemos notado que el porcentaje de mujeres que acude a nuestras clínicas ha bajado’, apunta Santiago Barambio, presidente de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (Acai). Esta organización -con una treintena de centros en toda España-, que asegura que aún es pronto para pensar que la píldora del día siguiente ha ayudado a ese descenso (se vende sin receta desde hace nueve meses), no se aventura a dar datos. Otros sí lo hacen. ‘En dos años el número de abortos se puede haber reducido un 18%’, explica el portavoz de una de las clínicas más grandes de España. Un patrón que, punto arriba punto abajo, se repite en otros tres centros del país. Cálculos que no extrañan al secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos. ‘Aún no sabemos cuánto, porque los datos no están listos, pero todos los pronósticos apuntan a que el número de abortos se redujo en 2009 y bajará todavía más en 2010’, apunta.

El punto positivo es que, si se mantiene, ese descenso rompería la tendencia que se repite en España desde que se legalizó el aborto en 1985. El negativo es que, aun así, no se logra terminar con las prácticas de aborto inseguro. Y menos ahora, un momento económicamente difícil para las mujeres en situaciones desfavorecidas. La Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF) alerta de que, mientras que el número de interrupciones voluntarias del embarazo se ha reducido a nivel mundial, no lo ha hecho la práctica de abortos inseguros.

Y uno de esos métodos de riesgo es el Cytotec (misoprostol). Un fármaco que Cristina (nombre supuesto) conoce muy bien. Esta mujer mexicana de 37 años lo utilizó hace unos seis meses para abortar. Una amiga le vendió los comprimidos. Utilizó varios. Algunos se los tragó, otros los empleó por vía vaginal. Cuenta que no tenía dinero para abortar -un aborto en una clínica privada cuesta unos 380 euros-. Tampoco quiso esperar a que la sanidad pública solucionara su caso. Hacía poco que había abierto un pequeño negocio y estaba endeudada. No quería problemas. Pero los tuvo. El misoprostol le provocó un aborto, pero también una gran hemorragia. Acudió a urgencias, y el médico que la atendió y al que explicó lo que había hecho la denunció por atentar contra la salud pública. Cristina tuvo que ir a juicio.

‘En España aún no se han desterrado prácticas de aborto clandestino que pueden suponer un gran riesgo para la mujer’, cuenta una portavoz de Acai. Y el Cytotec, que tanto dio que hablar hace unos años, se vuelve a emplear ahora que la tinta usada para informar de sus riesgos ya está seca. Javier Martínez Salmeán, jefe de Ginecología del Hospital Severo Ochoa de Leganés, ha detectado a mujeres que usaron ese fármaco como método abortivo. Explica que el aumento de su uso en España se debe a que se ha convertido en un medio legal en algunos países como México. Allí, en la capital, es uno de los sistemas más empleados. ‘Su uso, combinado con la píldora abortiva RU486, o solo, y bajo un estricto control médico, puede resultar eficaz. Sin ese control puede ser muy peligroso’, advierte Salmeán.

Un riesgo del que advierte también la IPPF. Y es que el misoprostol es barato y relativamente fácil de conseguir. Es un medicamento para el que hace falta prescripción, pero se puede comprar por Internet: cuatro pastillas pueden costar unos 50 euros en la Red. Sin embargo, al riesgo en sí de utilizar sin control el fármaco se añade el que puede ser falso.

‘Debemos terminar con este tipo de prácticas. Y esto solo se consigue con más información. Igual que parece que se ha conseguido reducir el número de abortos, se puede lograr que las mujeres dejen de recurrir a métodos inseguros’, apunta Luisa Torres, trabajadora social de la Clínica Dator de Madrid. ‘Si recurren a ellos es, sobre todo, por desconocimiento’, recalca.

Torres percibe ahora un cambio de tendencia. Achaca el decremento del número de abortos a que cada vez hay más información sobre prevención de embarazos. ‘Sobre todo por Internet. La confidencialidad que da la Red y la cantidad de información que circula por ella es clave, sobre todo para los jóvenes. Antes tenían la información pero quizá no les llegaba por el canal adecuado. Internet es un canal que está hecho a la medida de cada uno’, sostiene. Una opinión que comparte el secretario general de Sanidad que, más que por el freno en la llegada de inmigrantes, achaca la disminución del número de abortos a los resultados de las campañas informativas puestas en marcha desde Igualdad y Sanidad y al debate generado en torno a la nueva ley. ‘La píldora del día siguiente también ha contribuido, pero eso se verá sobre todo en los datos de 2010’, dice. Sin embargo, alerta: ‘Lo que estamos haciendo para apoyar los anticonceptivos, la educación sexual y la información sobre embarazos no deseados está cumpliendo el objetivo de que no sigan creciendo los abortos, pero no hay que bajar la guardia. Cada vez se incorporan nuevos jóvenes y estos también deben estar concienciados’.www.elpais.com/articulo/sociedad/Baja/numero/abortos/elpepisoc/20100531elpepisoc_2/Tes